Superar una Ruptura Amorosa | Psicóloga en Vigo - Sara Cacheda
Hay rupturas que no solo terminan una historia: sacuden el cuerpo, la mente y la rutina. A veces no puedes dormir, no puedes comer, o haces ambas cosas sin darte cuenta. El pecho duele, la cabeza repite escenas y el silencio pesa más que la ausencia. Vives en un bucle de “¿cómo pudo cambiar tanto?”, “¿en qué fallé?”, “¿volverá?”. Por fuera, parece que sigues con tu vida; por dentro, todo se ha detenido.
Las rupturas amorosas no son simples separaciones: son procesos de duelo donde perdemos a la persona, la rutina y, a veces, una parte de nuestra identidad. Como psicóloga, acompaño este tipo de vivencias desde mi consulta en Vigo, con sensibilidad y profundidad. Detrás de cada historia hay heridas, aprendizajes y un cuerpo intentando recuperar el equilibrio.
Cuando el cuerpo no entiende que se acabó
Hay algo muy desconcertante después de una ruptura: el cuerpo no se entera de que la relación terminó. Sigue esperando un mensaje, un sonido, una presencia. El sistema nervioso reacciona como si estuvieras en peligro: sudor frío, temblores, nudo en el estómago, pensamientos circulares que no puedes detener.
No es falta de fuerza, es el cerebro intentando encontrar una forma de calmar la alarma interna.
Es normal que sientas que una parte de ti no lo acepta. Que haya días en que lo entiendes y otros en los que parece que todo vuelve a doler igual. A veces el cuerpo necesita más tiempo que la razón para entender que la historia terminó y que aún hay vida más allá de esa relación.
En terapia trabajamos ese momento en el que cuerpo y mente vuelven a hablar el mismo idioma, y aprendes a sentir seguridad otra vez sin necesitar el contacto del otro.
Volver a ti después de la ruptura
Después de una ruptura, lo que más cuesta no es soltar al otro: es recordarte a ti misma/o.
Durante un tiempo, viviste en plural: “nosotros”. Nuestras series, nuestras comidas favoritas, nuestros planes. Y de pronto toca volver al singular: mis cosas, mis rutinas, mis silencios.
Esa transición remueve mucho. Aparece el vacío, la confusión, la falta de rumbo. “Ya no sé quién soy sin él/ella”, “no tengo ganas de nada”, “todo me recuerda a esa etapa”.
Volver a ti no es reinventarte de cero, sino reconectar con lo que se quedó en pausa.
Recuperar pequeñas cosas que te hacían bien sin intentar llenar el hueco con distracciones. A veces también aparecen miedos nuevos: miedo a estar sola, miedo a repetir la historia, miedo a no volver a sentir lo mismo.
No hay prisa. Volver a ti es un proceso lento, pero profundamente transformador: un regreso al centro, a la calma y a la autoestima.
En mi consulta de psicología en Vigo, acompaño este tipo de procesos con herramientas terapéuticas para que puedas reconectar contigo misma/o y recuperar tu bienestar emocional.
El contacto cero: ¿necesidad o castigo?
El silencio después de una ruptura puede sentirse como una tortura. Dejar de hablar, no mirar redes, cortar el contacto… parece imposible. “¿Y si me olvida?”, “¿y si me necesita y no estoy?”, “¿no sería más maduro seguir en contacto?”.
El contacto cero no es un castigo, es una cura.
Durante un tiempo, necesitas ese espacio para desintoxicar la mente de los microimpactos que el contacto constante genera: ver una foto, un estado, una historia. Cada estímulo reabre la herida.
Ese silencio no significa que ya no te importe, sino que te importa demasiado como para seguir sangrando.
Romper el contacto no borra los sentimientos, pero crea el aire necesario para que empiece a cicatrizar.
Idealizar a quien ya no está
La mente tiene una habilidad curiosa: embellecer lo que duele.
Después de una ruptura, recuerda los momentos buenos y borra los conflictos, como si el cerebro fabricara una versión más amable de lo perdido.
Piensas: “igual exageré”, “quizá ahora sería diferente”, “en el fondo me quería”. Pero la idealización es una trampa: no recuerda a la persona real, sino a la promesa que representaba.
Reconocer esta distorsión no significa despreciar lo vivido, sino verlo con perspectiva. Recordar también lo que te hacía sufrir, los intentos que no funcionaron, la parte de ti que se apagó. Solo así se puede cerrar sin negar lo bueno, pero entendiendo por qué no podías seguir.
Las redes sociales después de una ruptura
Las redes se convierten en una ventana peligrosa: miras sus fotos, revisas los “me gusta”, interpretas historias, te comparas con nuevas personas que aparecen.
No se trata solo de curiosidad: es una forma de no soltar. Cada vistazo activa el mismo circuito emocional que antes te mantenía unida a la relación.
Hacer espacio digital es un acto de autocuidado: silenciar, dejar de seguir, pausar notificaciones.
No para castigar ni borrar, sino para poder respirar sin sobresaltos.
Desconectarte un tiempo es una forma de respeto hacia ti.
En consulta, muchas personas que acompaño en procesos de ruptura en Vigo descubren que esta pequeña decisión cambia por completo su proceso de sanación.
Relaciones intermitentes: cuando no puedes irte del todo
Esa historia que nunca termina, donde se van y vuelven, prometen, discuten, se bloquean y se buscan.
La relación intermitente tiene un ciclo reconocible: alivio, euforia, desencuentro, dolor… y otra vez vuelta a empezar.
No es debilidad: es enganche emocional.
Romper ese ciclo no es falta de amor: es poner fin a un patrón que ya no te cuida. Cerrar de verdad es una forma de empezar a quererte.
Cuando la ruptura te activa heridas antiguas
Hay rupturas que duelen más de lo esperable. No solo por la historia reciente, sino porque abren heridas anteriores.
Quizá el abandono se siente como cuando un padre o madre emocionalmente ausente no estaba.
O te conecta con esa niña que aprendió a callar para que no la dejaran.
No estás exagerando: estás sintiendo varios duelos a la vez.
Sanar una ruptura también puede ser una oportunidad para reparar heridas antiguas y darte ahora el cuidado que antes no recibiste.
Si estás atravesando una ruptura amorosa, no tienes que hacerlo sola/o
Puedo acompañarte a entender lo que sientes, poner orden en el caos y recuperar tu eje con calma y cuidado.
En mi consulta de psicología en Vigo, trabajo desde un enfoque integrador y cercano para ayudarte a superar rupturas amorosas traumáticas, sanar el duelo y reconectar contigo misma/o.
Si buscas una psicóloga en Vigo especializada en rupturas y duelo emocional, estoy aquí para acompañarte.